Todo comienza con una pregunta que dice: ¿se imaginan un mundo sin internet? pues esta posibilidad se hace viable con pronósticos recientes de expertos de distintas partes del mundo.
Como pasó hace varias décadas, el Evento Carrington de 1859 es recordado como una de las tormentas solares más potentes en la historia, teniendo un impacto significativo en los sistemas de telégrafo de Europa y América.
La posibilidad de que un evento de igual o mayor magnitud suceda en el futuro próximo, específicamente en 2025, ha generado inquietud entre los expertos, quienes alertan sobre las potenciales repercusiones en la infraestructura tecnológica actual, lo que podría derivar en un escenario catastrófico conocido como el “Apocalipsis de internet”.
Qué será el “Apocalipsis de internet”
De acuerdo a la investigadora Sangeetha Abdu Jyothi de la Universidad de California, este acontecimiento ilustra el futuro desolador que enfrentaría la humanidad con una caída masiva de internet.
Los sectores más afectados serían aquellos que dependen críticamente de la conectividad en línea, como la banca y los sistemas de navegación GPS. Según algunas estimaciones, las pérdidas económicas de tal evento podrían ascender a 11.000 millones de dólares, señalando la magnitud del impacto financiero global.
La tecnología se ha convertido en un pilar esencial de nuestra sociedad, a tal punto que una interrupción significativa no solo afectaría las comunicaciones y la navegación, sino que también tendría implicaciones severas en todas las facetas de la vida moderna.
Por ello, investigadores como Abdu Jyothi ponen énfasis en la necesidad de prepararse para estos eventos, fomentando la creación y adopción de sistemas más resistentes y estrategias preventivas.
Qué se puede hacer para reducir el impacto de esta amenaza
La misión Parker de la NASA, dedicada al estudio de los vientos solares y fenómenos asociados, desempeña un papel crucial al brindar una comprensión más profunda sobre estas tormentas solares.
Sin embargo, a pesar de los avances científicos, la capacidad humana para prever estos eventos sigue siendo limitada, con un margen de alarma de apenas 17 horas entre la detección de una llamarada solar y su llegada a la Tierra.
Asimismo, a través de misiones como esta, se sigue avanzando en el estudio y comprensión de las tormentas solares, en un esfuerzo por mejorar la capacidad de respuesta y preparación. No obstante, la concienciación sobre la seriedad y el impacto potencial de estos fenómenos es fundamental.
También, solo a través de la inversión en investigación y desarrollo tecnológico se puede fortalecer nuestra infraestructura y evitar las consecuencias devastadoras de un posible Apocalipsis de Internet.
Ha pasado un evento de esa magnitud en la época contemporánea
Un precedente que resalta las posibles consecuencias de estos eventos lo encontramos en 1989 en Quebec, Canadá. Una llamarada solar provocó un apagón que dejó a la ciudad sin electricidad durante horas, evidenciando la vulnerabilidad de nuestras redes eléctricas ante estas tormentas espaciales.
Este incidente refuerza la urgencia de desarrollar estrategias eficaces de mitigación, que diversos proyectos a nivel internacional parecen que están tratando de mitigarlo.
Por estas razones, mientras se avanza hacia un futuro cada vez más digitalizado con la mayoría de datos bancarios y provados guardados en la web, la preparación ante eventos como las tormentas solares cobra una relevancia crítica.
Es imperativo que tanto las instituciones como la sociedad en general tomen conciencia de la vulnerabilidad de las redes tecnológicas y trabajen conjuntamente en desarrollar y aplicar medidas efectivas de protección.
La colaboración internacional, la investigación continua y la implementación de tecnologías avanzadas representan los mejores aliados contra las amenazas naturales y artificiales, que también se pueden presentar. que podrían desencadenar una interrupción sin precedentes en la era de la información.