Las cifras revelaron un panorama desolador para la mujer brasileña. La violencia hacia ella en el país latinoamericano ha crecido en todas sus vertientes pese a los esfuerzos del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva por impulsar políticas de igualdad, paralizadas durante la gestión del ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022).
Según un informe divulgado este jueves, se ha alcanzado un nuevo récord de 83.988 violaciones. “El país registró una violación cada seis minutos, según los registros policiales”, señaló en su reporte anual el Foro Brasileño de Seguridad Pública, una organización no gubernamental que trabaja sobre la base de datos oficiales.
En 2023, primer año de mandato de Lula, aumentaron los feminicidios un 0,8% con relación al año anterior, hasta las 1.467 mujeres muertas por razones de género. Esa es la cifra más alta desde que se tipificó como tal el crimen de feminicidio, en 2015. Ocho de cada diez autores de feminicidios en el país fueron el marido, el novio o el ex novio de la víctima.
También aumentaron en un año las tentativas de feminicidio (7,1%), las agresiones físicas (9,8%), el maltrato psicológico (33,8%), las amenazas (16,5%), los casos de persecución (34,5%), las violaciones (6,5%), el acoso sexual (28,5%) y la divulgación de imágenes íntimas (47,8%).
“Por desgracia, un año más, las perspectivas siguen siendo sombrías”, apuntó el Anuario Brasileño de Seguridad Pública.
De acuerdo con el medio británico The Guardian, los expertos dicen que las cifras son “aún más alarmantes” en un contexto de activismo de extrema derecha, que incluye un proyecto de ley actualmente en la cámara baja del Congreso que busca penalizar a las sobrevivientes de violación que busquen la interrupción del embarazo.
“La violencia contra las mujeres se ha naturalizado en la sociedad”, denunció la ONG. Asimismo, alertó que los datos expuestos pueden ser inferiores a los reales, pues existe aún “desconfianza hacia las instituciones”, “miedo y culpa” para denunciar y un sinfín de “burocracias” que dificultan el acceso a las medidas de protección disponibles.
El informe señala diversas teorías que podrían estar detrás del incremento de todos los indicadores de violencia contra las mujeres. Una de ellas afirma que es una “expresión del poder y control que están profundamente enraizados en las estructuras patriarcales de la sociedad”.
También puede tratarse de un ciclo al alza en el comportamiento abusivo e incluso podría ser “una respuesta a los avances en los derechos de igualdad de género”, lo que estaría generando “una reacción de resistencia para intentar revertir esos progresos”.
La directora ejecutiva del foro Samira Bueno ha desarrollado otra posible explicación frente al constante aumento de violencia de género en Brasil: las secuelas persistentes de la pandemia de Covid-19. “Desde 2021, las cifras de violencia contra las mujeres han ido aumentando a un ritmo acelerado y son mucho más altas que en el periodo prepandémico”, afirmó y rescató The Guardian.
“Brasil siempre ha sido un país muy violento… pero parece que la pandemia cambió algo. Las tensiones que surgieron en el ámbito doméstico potencialmente exacerbaron todas estas formas de violencia”, explicó.
Por el otro lado, el número total de homicidios (contra hombres y mujeres) decreció por sexto año consecutivo, bajando un 3,4%. La cifra de asesinatos pasó de 47.963 en 2022 a 46.328 el año pasado, según un informe divulgado también este jueves con base en datos oficiales. Por todo ello, “hay que reconocer que los niveles de violencia en Brasil siguen siendo bastante elevados y, lo que es peor, pueden estar infravalorados”, subrayó el informe.
“Brasil logró reducir los asesinatos un año más, pero también se volvió mucho más inseguro para las niñas y las mujeres”, dijo Bueno y redactó The Guardian.
(Con información de EFE)