“Es una violación a nuestros derechos humanos”, afirmó Magalli Meda, quien además señaló que “ningún embajador” de otro país se dirigió a la casa diplomática en medio de la persecución de la dictadura de Maduro
Magalli Meda denunció este sábado que la Embajada de Argentina en Venezuela, actualmente protegida por Brasil, se encuentra sin suministro eléctrico desde hace 35 días, lo que constituye “una violación a los derechos humanos” de quienes permanecen en la sede diplomática, a la que calificó como una “embajada cárcel”.
De acuerdo con lo expresado por Meda en sus redes sociales, el corte prolongado de electricidad expone las condiciones de vulnerabilidad en las que se encuentra esta misión diplomática, y evidencia, según sus palabras, “cómo todas las embajadas en Venezuela y sus embajadores acreditados son una apariencia para el régimen”. La activista sostuvo que las sedes diplomáticas son utilizadas únicamente para proyectar una imagen de “democracia y estado de derecho” en el país.
Asimismo, indicó que ningún embajador ha visitado la sede diplomática argentina para constatar las condiciones en las que se encuentran sus ocupantes. Según su testimonio, la cancillería venezolana habría “exigido” silencio a los representantes diplomáticos acreditados en el país, bajo amenaza de expulsión en caso de que se pronuncien sobre situaciones similares.
“A esta embajada no ha venido ningún Embajador. Ninguno. ¿Lo han intentado? Seguro que alguno quisiera. La verdad es que el régimen y su cancillería les ‘exige’ hacer silencio”, afirmó Meda.
Y agregó: “¿Por qué hacen silencio ante semejante atropello? Lo hacen porque de lo contrario los expulsan”.
Según apuntó, este contexto revela una grave crisis en el cumplimiento del Estado de derecho y las garantías diplomáticas en Venezuela.
En su declaración, Meda exhortó a la comunidad diplomática internacional a prestar atención a la situación de las embajadas en Venezuela y al respeto de los derechos fundamentales. Asimismo, reiteró la necesidad de garantizar la entrega de salvoconductos a las personas que se encuentran en esta sede, al considerar que es “un derecho que debe ser respetado”.
El pasado jueves 19 de diciembre, el dirigente opositor Fernando Martínez Mottola, uno de los seis venezolanos que estaban asilados en la residencia del Embajador argentino en Caracas, dejó el inmueble y se reencontró con su familia en la capital de Venezuela, tras una larga negociación internacional.
El dirigente había ingresado a principios de año debido a una orden de arresto que había emitido el régimen chavista.
Fernando Martínez Mottola es un ex ministro del gobierno de Carlos Andrés Pérez, y era uno de los asesores principales de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), el mayor bloque opositor. No tenía relación política con Edmundo González Urrutia, que ganó las últimas elecciones presidenciales que fueron saboteadas por el régimen de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello para perpetuarse en el poder.
Además de Martínez Mottola, también se encuentran en la residencia del embajador argentino en Caracas Magalli Meda, quien fue la jefa de campaña para las presidenciales; Claudia Macero, coordinadora de Comunicaciones de VV; Omar González, ex diputado; Humberto Villalobos, coordinador electoral del Comando de Campaña de VV, y Pedro Urruchurtu Noselli.
El conflicto comenzó a principios de este año, cuando desde el 27 de marzo los seis representantes opositores se instalaron en la sede después de que la Fiscalía venezolana los acusara de varios delitos, como conspiración y traición a la patria.
Desde agosto, la embajada argentina permanece bajo la protección de Brasil -luego de la expulsión de los diplomáticos argentinos-, aun cuando el dictador Nicolás Maduro revocó esta autorización en septiembre por la supuesta planificación de actos terroristas en el interior de la sede por parte de los asilados.
Tras la salida de los representantes del Gobierno argentino, el régimen de Maduro comenzó con una serie de asedios que incluyó a un francotirador que estaba frente al edificio.