Ante la aparición de ejemplares no nativos en el litoral argentino, entre ellos el salmón del Pacífico, originario de las regiones árticas del hemisferio norte, CIUDAD TV consultó al investigador del Conicet en el Instituto Nacional De Limnología (INALI-Conicet-UNL), Luis Alberto Espínola, quien estudió la presencia de estos peces en aguas argentinas.
“Desde 2018 fue detectada esta especie en el Paraná bajo, cerca de la Cuenca del Plata, en San Pedro y en Concepción del Uruguay, después de eso, entraron seis individuos más en diferentes años, 2019, 2020, 2021, 2022 y el último se registró en 2023. Esta información la recopilamos a partir de pescadores recreativos y de subsistencia, que ponen las mallas para pescar”, contó Espínola.
Explicó que, “si bien tiene la capacidad de emigrar casi 4500 kilómetros, es inusual que esta especie esté en aguas turbias como en el Paraná y aguas más cálidas a las que está acostumbrada. Nuestra hipótesis es que llegó por las corrientes de Malvinas, chocó con la corriente de Brasil, que está justo en la desembocadura del Río de la Plata, y ahí se desenganchó y entró a nuestro río Paraná. Es algo inusual, asombroso y que llama mucho la atención ya que es una especie con capacidad de recorrer grandes distancias”, remarcó.
Sobre la investigación que encabezó detalló que “todos los registros desde 2018 hasta 2023” indican que las apariciones “fueron entre septiembre y noviembre, lo que coincide con la época de reproducción de esta especie, casualmente las especies que se han registrado siempre fueron hembras o, al menos, las dos o tres de las que supimos el sexo”, agregó.
Espínola sostuvo que “esta especie estaría entrando al Río de la Plata y el río Paraná para reproducirse, el problema es que al ser una especie no nativa, si se llegara a establecer en el tramo medio del Paraná, sería de gran amenaza para las especies nativas ya que es un gran depredador. Pondría en riesgo a las especies nativas como el sábalo, la boga o el dorado, que son de interés comercial también”, advirtió.
No obstante, el especialista señaló que hasta el momento “en el tramo medio del Paraná no tendría un impacto negativo porque todavía no se estableció como ocurrió en Patagonia, que ya está establecida y ha producido modificaciones en la cadena trófica y también la depredación de especies nativas”.
“Lo bueno, en un sentido ecológico, es que esta especie no se alimenta cuando se reproduce y tampoco tendría las condiciones para establecerse en esta región, además no podría subir aguas hacia Corriente o más allá de Santa Fe porque la temperatura afectaría ya su fisiología. Es decir, habría un filtro fisiológico que detendría la expansión de esta especie hacia el norte de la Argentina”, remarcó.
“La conclusión es que esta especie migra porque se extravío y por eso se engancha a estas corrientes que las llevarían a buscar lugares de agua dulce para reproducirse. Sin embargo, hay que seguir teniendo el constante monitoreo para que, si hay algún cambio en la fisiología o el ambiente, esta especie no logre establecerse en el sistema”, planteó el investigador.
En esa línea, recomendó a los “pescadores que, si la llegan a pescar, la envíen al museo y laboratorio del río Paraná que está en Rosario para hacer estudios moleculares y que la saquen del sistema, que no hagan pesca devolución como se tiene que hacer con las especies nativas”.