Los smartphones actuales ya hacen casi de todo: son verdaderas computadoras de bolsillo desde las que podemos controlar la mayoría de los aspectos de nuestra vida. No solo nos permiten comunicarnos con cualquier parte del mundo en tiempo real, sino que también nos permiten jugar, navegar por internet, mirar contenidos audiovisuales, administrar finanzas, realizar compras y mucho más.
Sin embargo, tantas funciones hicieron olvidar el propósito del dispositivo: hablar en directo con otra persona que se encuentra en otro lugar. Para volver a las raíces y simplificar la comunicación, una empresa de Finlandia creó un teléfono “tonto” que solo sirve para hacer llamadas, enviar SMS y un par de funciones básicas más.
Se trata del teléfono más aburrido del mundo, o The Boring Phone, su nombre en inglés. Es un celular plegable, de estilo retro con una carcasa de plástico transparente y pantalla monocromática.
El dispositivo tiene una precaria cámara de fotos de 0.3 megapixeles, radio FM y una sola app: el clásico juego de la viborita. Sin embargo, la característica más destacada de este curioso celular es la ausencia de acceso a Internet y a las redes sociales.
El objetivo de esta falta de funciones es animar a los usuarios a desconectar de la tecnología y mantener interacciones sociales en persona en lugar de distraerse con scroll infinitos o saltar de app en app.
“Con los smartphones cada vez más avanzados e interesantes para el usuario, es más fácil que nunca conectarse al mundo online, pero más difícil permanecer fuera de línea, y disfrutar en el momento”, aseguraron desde HMD (Human Mobile Devices), fabricantes del teléfono tonto. “Al eliminar los adornos modernos, el teléfono es incapaz de descargar las redes sociales u otras aplicaciones que distraen”.
¿Por qué un teléfono tonto y aburrido?
El concepto de The Boring Phone surgió de una investigación encargada por Heineken sobre el uso de teléfonos inteligentes entre la Generación Z y los Millennials en el Reino Unido y Estados Unidos. Según la marca, el 90 % de los participantes en el estudio admitió hacer doom scrolling (práctica que consiste en desplazarse entre contenidos dentro de una app, sin prestar demasiada atención) en situaciones sociales y consultar el teléfono un promedio de siete veces durante una salida nocturna.
Sin embargo, la investigación también reveló que el 37% de la Generación Z y los Millennials afirman que miran sus teléfonos con demasiada frecuencia en situaciones sociales, y el 32% dijo que preferiría poder “desconectar” de sus teléfonos en las noches de fiesta.
De todas maneras, el celular es un prototipo. Solo se fabricaron 5000 unidades que todavía no se pusieron a la venta. Pero para quienes experimentar la sensación, HMD lanzará a mitad de año una app que convierte a los smartphones en aburrido y casi que los inutiliza, suspendiendo casi todas sus funciones.