A fin del 2011, Cristina Kirchner intentó encarar un ajuste en las cuentas públicas. «La sintonía fina quiere decir que se terminó la avivada», así fue como lo presentó al asumir su segundo mandato. Pero el ajuste nunca avanzó y naufragó en algunas iniciativas fallidas como el registro para renunciar voluntariamente a los subsidios.
Como parte de ese intento por darle cierta racionalidad al manejo macroeconómico, se anunció una plan de reestructuración de Aerolíneas Argentinas que incluía cerrar costosas rustas internacionales a países «donde la demanda no lo justifique», para redimensionar la empresa como una línea de cabotaje con alguna operación regional. Los detalles se anunciaron en una conferencia de prensa que brindó el entonces ministro de planificación Julio de Vido junto a Mariano Recalde, en ese momento a cargo de la compañía.
Este diseño que presentó el kirchnerismo en 2011 guarda muchas similitudes con el plan que analiza Nicolás Posse, para la aerolínea de bandera. Según pudo reconstruir LPO, ejes importantes de aquella iniciativa se tratarían de aplicar en la aerolínea que todavía preside el camporista Fabián Lombardo, director Comercial de Aerolíneas Argentinas durante el gobierno de Alberto, que quedó a cargo de la compañia con el nuevo gobierno.
El plan es regionalizar las operaciones y la logística, circunscribirse a los vuelos de cabotaje y cancelar los destinos internacionales, como acaban de hacer con la ruta a Nueva York, como reveló LPO en exclusiva. De hecho, pese a las desmentidas de la compañia, LPO pudo confirmar que la ruta a Roma «está tecleando».
Lombardo y antes Pablo Ceriani sacan pecho que hace un año que Aerolíneas Argentinas se mantiene con recursos propios y en consecuencia no sería necesario privatizarla. Desde el equipo de Posse tienen otra información. «Aerolíneas se mantiene por el negocio que hacen con la brecha cambiaria, sino existiera la brecha sería deficitaria», afirmó a LPO una fuente al tanto de las discusiones sobre la compañía.
Como la idea del presidente MIlei es terminar en algún momento de este año con el cepo, en el equipo de Posse ya han decidido privatizar total o parcialmente a la empresa, para no encontrarse con el déficit cuando se unifique el tipo de cambio.
Regionalizar la compañía es otra idea en danza para reducirla y abrirla a capital privado. «Dividirla en AeroCuyo, AeroPatagonia, etc…» ejemplificó una fuente que sigue las negociaciones sobre el destino de la empresa, que figura en el listado de privatizables contenidas en la Ley Omnibus que pidió el gobierno.
El kirchnerismo intenta olvidarse de su fallido intento por ajustar la macroeconomía. «De Vido nunca hubiera un diseñado un desmembramiento de Aerolíneas. La regionalización es la desnacionalización. Es transferir la empresa en muchas partes», dijo a LPO una fuente cercana al ex ministro de Planidicación.
Lo curioso es que tampoco desde La Cámpora se adjudican la paternidad de aquel plan. «Ese no era el plan de Recalde, nuestra gestión concentró los esfuerzos en promover el turismo receptivo, segmento de enorme potencial para el país, justamente lo opuesto a cancelar rutas internacionales», afirman cerca del ahora senador nacional.
Es que como la compañía sigue en manos de gerentes de la gestión de Recalde y Ceriani, estos se ilusionan con encontrar un «modelo de negocio» que evite la privatización o desmembramiento que impulsan Milei y Posse.
«Estamos subiendo la oferta internacional de vuelos a Miami, Madrid y Caribe», celebraron en diálogo con LPO desde Aerolíneas, como una manera de resistir el downsizing que empujan desde la Jefatura de Gabinete.