Una mujer fingió estar enferma para pedir donaciones y utilizaba el dinero recaudado para llevar una vida rodeada de lujos. El macabro plan fue puesto en marcha a través de redes sociales, donde la acusada aseguraba padecer cáncer y compartía imágenes desde la cama de un hospital.
El hecho ocurrió en Goiás, Brasil. La acusada fue identificada como Kamilla Morgana Mendes Borges, de 29 años. Fue denunciada por su profesor de arte y ahora enfrenta cargos por el delito de malversación de fondos. En su declaración ante la Justicia dijo que no tenía ninguna enfermedad grave y contó que tampoco tenía trabajo.
El delegado de la Policía, Igomar de Souza Caetano, aseguró que la mujer utilizaba la recaudación para llevar una vida lujosa. Según su declaración, Kamilla usaba la plata para pagar salir a comer, contratar proveedores de servicios, realizarse procedimientos estéticos e incluso para alquilar un departamento de lujo.
“Ella tenía una vida de gastos, de lujos. Incluso alquiló un apartamento de lujo. Utilizó este dispositivo para concienciar y conmover a la víctima, que creía que estaba ayudando a los demás, en un acto de generosidad. Pero, lamentablemente, todo fue mentira”, dijo de Souza Caetano en diálogo con el medio brasileño G1.
La mujer compartía con frecuencia fotos desde la camilla del hospital, con barbijo, rodeada de cables y mangueras, para conmover a sus seguidores y pedirles donaciones. El representante legal de la acusada, por su parte, se negó a dar declaraciones a la prensa y dijo que sólo comentará el caso ante el tribunal cuando sea el momento.
La mujer fue denunciada por su profesor de arte
Kamilla Morgana Mendes Borges fue detenida luego de que saliera a la luz su macabro accionar. La Policía identificó la farsa después de que su profesor de arte, Gustavo Henrique de Moura, la denunciara.
Él le daba clases a ella y a su hijo y en su declaración, reveló que la mujer le dijo que tenía cáncer de mama y que se había extendido por todo el cuerpo. El hombre contó que Kamilla usaba un pañuelo en la cabeza para cubrirse el cabello. “Cuando iba a enseñarle a dibujar, ella temblaba y fingía estar débil”, dijo Gustavo.
El profesor aseguró haber sido estafado por Kamilla y haber pagado facturas que le enviaba la mujer para solventar sus tratamientos. Lo que resultó ser una gran mentira. En la denuncia, el hombre afirmó haber sufrido una pérdida de 53 mil reales, un equivalente a casi 9 millones de pesos argentinos.