El gobierno resolvió arrancarle a la UCR su lugar en la Auditoría General de la Nación (AGN), plaza que los radicales habían dispuesto por mayoría que ocupara el ex diputado Mario Negri. Después de intensas idas y vueltas, la Casa Rosada definió que postulará al apoderado de La Libertad Avanza (LLA), Santiago Viola, aunque al cierre de este artículo todavía no habían redactado la nota formal para ponerlo en consideración de la Cámara Baja.
Tras un acuerdo subterráneo que los libertarios venían tejiendo con Cristian Ritondo, el reparto terminaría siendo con un representante por el macrismo, Jorge Triaca, otro por el peronismo y el propio Viola, si prospera el volantazo libertario.
La decisión detonó estruendosamente al interior de la UCR, que ya había experimentado una tensión brutal porque Rodrigo De Loredo pretendía que fuese su secretario parlamentario, Alejandro Cacace, quien ocupara ese puesto, contra la voluntad de la mayoría de la bancada, que impulsaba a Negri.
Cerca del presidente del bloque le dijeron a LPO que se cumpliría lo que ellos habían advertido a sus adversarios internos. «Les dijimos que el gobierno no quería un candidato de (Martín) Lousteau y (Facundo) Manes, no lo quisieron entender y ahora los libertarios van por el suyo», precisaron, aunque admitieron que ignoraban qué resultaría cuando se vote en recinto.
La duda se produce porque los candidatos que cada bloque presenta terminarían aprobándose, si juntan la mayoría suficiente, en la próxima sesión. Esa incertidumbre es lo que mantiene viva la expectativa de los que quisieran que Negri se convierta en auditor.
Desde el entorno del ex diputado aseguraron a LPO que «ya se metió la nota» con las firmas de UCR, el pichettismo y la Coalición Cívica para defender el lugar del antecesor de De Loredo. La alquimia para mantenerse optimistas entre sus impulsores era este jueves que Unión por la Patria (UP) no había definido su candidato, cuando sus 99 integrantes son determinantes, y que Miguel Pichetto comprometió también su apoyo a Triaca.
En ese sentido, reflexionaron frente a LPO: «De dónde saldrían los votos para Viola si la torta se reparte entre el candidato del PRO y la UCR, con respaldo de los mismos». «Hay dos notas, una con Negri y otra con Triaca, y a Viola lo podrán votar los 40 libertarios y los macristas pero se necesitan 129», graficaron.
LPO consultó en el despacho de Martín Menem acerca de la designación de Viola pero respondieron con prudencia. Si bien adujeron que «nunca se pensó que ese lugar le correspondiera a la UCR», concedieron que «todavía hay que ver qué pasa».
Aun si la suerte de Viola se frustrara, la decisión de Milei constituye una estocada más contra el radicalismo. El vocero de un legislador libertario se agarraba la cabeza al enterarse de la maniobra: «esto puede traer consecuencias, nunca es gratis, tenemos la comisión especial y fondos reservados por delante», lamentó.
Por lo demás, UP parece dividirse entre la continuidad de Juan Ignacio Forlón, con el auspicio de La Cámpora, y Guillermo Michel, sustentado por Sergio Massa y el peronismo de las provincias.
Si todos los nombres en danza se mantuvieran firmes y los bloques elevaran notas para votarlos en recinto, podría darse la extraña situación de que se tengan que escoger tres auditores entre cinco postulantes. «Va a ser el juego de la silla», bromeó un radical.