El miércoles 10 de abril, los dirigentes piqueteros y de la Unión Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) marcharán a las 11 de la mañana frente al histórico edificio de Moreno y 9 de Julio. Allí funciona el ex ministerio de Desarrollo Social, actual Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia, a cargo de Pablo de la Torre. El área está bajo el organigrama de la cartera de Capital Humano que maneja Sandra Pettovello.
Las principales demandas son alimentos para los comedores comunitarios, bajas en el Potenciar Trabajo y despidos en el Estado. “El movimiento piquetero volverá a movilizarse contra las medidas de un Gobierno empecinado en empeorar las ya bochornosas cifras de pobreza e indigencia que exhibe nuestro país”, expusieron ante Infobae desde el Polo Obrero y opinaron: “Si en diciembre 2023 cuatro de cada diez argentinos eran pobres y uno de cada diez indigente, el ajuste feroz de los últimos meses sin dudas agravó la situación, reafirmando la necesidad de ganar las calles como respuesta”.
La intención de la convocatoria de protesta nacional es mostrar “masividad” y desafiar al “Protocolo Antipiquetes” de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Desde su cartera ya advirtieron que no permitirán el corte de arterias y que deberán manifestarse sobre las veredas y sobre plazoletas.
El referente nacional del Polo Obrero, Eduardo Belliboni, a diferencia de las marchas anteriores, no participará de la movilización porque, se informó desde la organización de izquierda, “se encuentra recuperándose de una grave neumonía”. Desde su entorno prefirieron no hacer declaraciones ni informar en qué hospital está internado. La dolencia comenzó hace casi dos semanas. Al comienzo se creyó que era dengue, pero el cuadro derivó en una neumonía severa.
Entre la dirigencia de la economía popular debatieron el cambio de paradigma que por ahora logró imponer el gobierno de Javier Milei: no ceder a las presiones de los movimientos sociales en las calles; capitalizar el descontento que genera en los ciudadanos las marchas piqueteras y exponer a la “casta” política o dirigencial. También el de enviar a las fuerzas federales para evitar los cortes prolongados de calzada. De hecho, el 18 de marzo, fecha en que realizaron cinco cortes en accesos a CABA, hubo enfrentamientos entre los efectivos y los piqueteros. Los más importantes fueron en los puentes Pueyrredón y Saavedra.
“La política oficial, desde diciembre a esta parte, se ha constituido de techos salariales, despidos, congelamiento y bajas en el Potenciar Trabajo, ajuste sideral en jubilaciones y asignaciones familiares, desabastecimiento de los comedores comunitarios, suspensión de la Beca Progresar y suba del transporte”, argumentaron desde la Unidad Piquetera para justificar la nueva protesta nacional.
Pettovello, a diferencia de los tres ministros anteriores del área –Daniel Arroyo, Juan Zavaleta y Victoria Tolosa Paz- decidió no mantener diálogo con la dirigencia piquetera y de la UTEP. Tampoco lo hizo el secretario De la Torre. El 14 de diciembre de 2023 solo fueron escuchados por el actual secretario de Seguridad de San Miguel, Héctor “Bebe” Calvente.
Como “asesor externo” y a pedido del secretario, su objetivo era “semblantear la voluntad de diálogo del otro lado”, es decir, de los piqueteros duros como Eduardo Belliboni, y de quienes lo acompañarían al cónclave, Federico Alonso, Cristina Mena, Juan Fortu y Leonardo de Torre.
La intención era que los piqueteros desistan de la marcha que tenían previsto para el 20 de diciembre. No se llegó a ningún acuerdo y la movilización a Plaza de Mayo se realizó sin incidentes. Ese día Patricia Bullrich desplegó un impactante operativo de seguridad y aplicó el Protocolo Antipiquetes.
A pesar de los reclamos de los dirigentes sociales, desde Capital Humano le adelantaron a Infobae que el Estado solo asistirá a los 9.080 comedores registrados y aclararon que no se enviarán alimentos a los comedores que no estén debidamente documentados.
De ese total de comedores y merenderos, los funcionarios del Gobierno explicaron que “125 comenzaron a recibir la asistencia directa a través de la tarjeta Alimentar Comunidades” y que “el resto de ellos por el momento lo reciben en las cuentas generales de la organización comunitaria u ONG a cargo del comedor”. Y aclararon: “En breve se irá ampliando la tarjeta Alimentar Comunidades para que más comedores puedan participar”.
Las organizaciones populares afirman que en todo el país hay unos 44.000 comedores. Sin embargo, desde el Ministerio de Pettovello rechazan esa cifra.
Un colaborador de Pettovello reconoció: “El total real de comedores no se sabe, porque la nómina que existe es informal y nunca fueron debidamente registrados. Por ejemplo, no se tienen datos de comedores instalados por organizaciones sociales, particulares u Organizaciones No Gubernamentales que no tienen ninguna relación con el Estado”. Y agregó: “Hay algunos sindicalistas que utilizan el número 44 mil comedores, pero este dato surge de un dato viejo, porque alguna vez existió un Registro Nacional de Comedores (RENACOM), pero el gobierno anterior no lo actualizó, esos espacios estaban ‘pre inscriptos’ y no se formalizaron las altas ni las bajas”.
Del relevamiento de comedores que el Ministerio viene realizando de los 9.000 comedores relevados, solo funcionaban unos 4.000; es decir que el 55% no existen”.
Desde la UTEP y la Unidad Piquetera afirman que eso no es así. Que hay comedores registrado del Evita, del Polo Obrero, de Somos Barrios de Pie, entre otros, y que los alimentos secos o la ayuda directa no les llega.
“Nos da mucha indignación cuando encima que de recortar los alimentos de los comedores a los que van nuestras familias y niños el Gobierno, además, miente. Miente porque dicen que no tenemos registrados los comedores y nosotros tenemos a disposición lo que presentamos en diciembre y que estaba todo bien y en regla”, afirmó ante una consulta de este medio Mónica Sulle, coordinadora nacional del MST-Teresa Vive y detalló que en la documentación presentada en la ex cartera de Desarrollo Socia: figura cada uno de los referentes de los comedores, la distribución de los alimentos, la cantidad que se asistió.
“Pettovello, la ministra del hambre también miente cuando asegura que insertará en trabajo formal a los ex beneficiarios del Potenciar Trabajo. En vez de eso están despidiendo trabajadores. La mayor cantidad de trabajos de la Argentina es precarizado”, agregó Sulle.
Esas son algunas de las razones por las cuales, según la dirigente de izquierda, van a seguir en las calles “reclamando cada vez que haga falta y dónde se necesite”.
Juan Grabois, referente del Frente Patria Grande y del Movimiento de Trabajadores excluidos también expresó: “Parece que hay una guerra contra los pobres. El problema estructural de la pobreza no lo va a resolver ninguna política asistencial, ni de integración urbana ni de transferencia de ingresos, porque es un problema de la macroeconomía”. Y alertó que desde La Libertad Avanza “están poniendo en riesgo la vida de millones de pibes de manera directa por el impacto de haber retirado los alimentos de los comedores comunitarios, sumado a que no envían los fondos para los comedores escolares, parece que hay una guerra contra los pobres”.
En este momento, entre la dirigencia piquetera prima la confianza. Reconocen que por ahora hay desmovilización de los propios sectores afectados por la política de la motosierra aplicada por Milei, pero especulan que con el correr de las semanas eso se modificará y que una muestra de eso será la concentración del miércoles.