El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, dijo este viernes que la invasión rusa a Ucrania representa una “amenaza existencial” para todo el continente al afirmar que Vladimir Putin podría avanzar sobre otros países si tiene éxito con esta ofensiva contra las tropas ucranianas.
Las declaraciones de Borrell se dieron durante un discurso en el Saint Antony ‘s College de la Universidad de Oxford, y en él analizó la situación geopolítica mundial y, en particular, los dos conflictos armados que enfrenta el mundo en estos momentos. Así, en su panel titulado “Europa afronta dos guerras” insistió en que cada vez son más las voces conscientes de que el resultado de la guerra en Kiev tendrá implicancias globales, más allá de estas fronteras.
Inclusive, en la víspera, en Londres había instado a Downing Street a construir una nueva relación post Brexit con la UE centrada en la defensa y la seguridad ya que existen muchos temas abordados por los aliados que incumben también al Reino Unido, incluso estando fuera del bloque. Asimismo, Borrell hizo alusión al caso del presidente francés, Emmanuel Macron, quien habla cada vez más de la importancia de proveer a las Fuerzas Armadas de Kiev con la artillería y el apoyo necesario para vencer en el frente de batalla.
El Alto Representante señaló, sin embargo, que a su entender, el mundo aún no está preparado para afrontar las duras condiciones y “la gravedad del momento” actual, con una creciente presencia de la violencia y el odio por sobre la paz. Al respecto, señaló que si bien se han dado importantes pasos en pos de unir los esfuerzos para luchar contra esta tendencia, “una cosa es despertarse y otra es encontrar fuerzas para levantarse de la cama”. Y consideró: “En algunos casos, todavía estamos en la cama”.
Aquí fue cuando aprovechó para sumar el conflicto en Medio Oriente su alocución y lamentó que, cuando Europa comenzaba a asimilar los enfrentamientos en Ucrania, “vino otra guerra”.
Sobre este tema, apeló a una pronta resolución pacífica y reconoció que los europeos tienen una fuerte responsabilidad, por lo que consideró que debe alcanzarse un acuerdo de tierra “compartida” entre palestinos e israelíes. No obstante, lamentó la postura del primer ministro Benjamin Netanyahu, a quien acusó de bloquear los intentos de una solución de dos Estados, algo que Europa aún no comprende.
De todas formas, aseguró que no se ha abandonado el optimismo ya que, por ejemplo, en Irlanda del Norte, el proceso de paz parecía imposible pero tras años de pacientes negociaciones, en 1998 se alcanzó la firma del Acuerdo del Viernes Santo que puso fin al conflicto sectario entre protestantes pro-británicos y católicos pro-irlandeses.
Por último, señaló que otra de las claves para hacer frente a las crisis actuales es la diversificación de los vínculos comerciales o la profundización de la cooperación con quienes comparten los valores e intereses de los aliados del bloque, como es el caso de Londres. Así, llamó a considerar a otros actores, potencias medias, como India, Brasil, Arabia Saudita, Sudáfrica o Turquía, y a no desestimar los papeles de Estados Unidos y China.