Cerdeña, la impresionante isla italiana, es desde hace tiempo un destino turístico codiciado gracias a sus kilómetros de playas de arenas blancas. Sin embargo, lo que muchos visitantes no saben es que llevarse un recuerdo de estas playas puede acarrear multas severas.
Las autoridades de Cerdeña implementaron -desde 2017- medidas estrictas para evitar el robo de arena, piedras y conchillas de sus famosas playas. Por ley nacional, las multas pueden alcanzar los 3.000 euros (casi tres millones de pesos argentinos) por el robo de bienes públicos. El mínimo son unos 600 euros (cerca de 600.000 pesos argentinos). Lamentablemente, no todos los turistas respetan estas reglas.
Durante los primeros meses de 2024 se han registrado varios intentos de contrabando de restos naturales fuera de la isla. Un turista francés fue sorprendido en el intento de embolsarse estalagmitas y conchillas, mientras que a una familia alemana se le encontró un kilo de piedras.
Según la CNN, las autoridades han tomado medidas enérgicas para evitar estas prácticas. La Embajada de Alemania en Roma publicó una advertencia en su página de Facebook explicando que robar arena provoca un “daño significativo”.
El grupo de defensa Sardegna Rubata e Depredata (Cerdeña robada y saqueada), que trabaja incansablemente en campañas de concienciación, estimó que en 2021 se habían sustraído seis toneladas de arena de las playas de Cerdeña, un hecho por demás alarmante. Los locales suelen denunciar y alertar a los turistas. Los sardos son orgullosos y conscientes de las maravillas de su isla y quieren cuidarlas.
Un administrador de la página explicó a CNN: “El propósito de nuestra web es crear conciencia pública sobre este problema. Cada año nos ocupamos de devolver todo a los lugares de origen al final de la temporada de verano”.
“Llevarse una sola botella de arena hace que el trabajo largo y paciente de la naturaleza resulte en vano. Así que si van de vacaciones a Cerdeña saquen fotos, observen la magnífica naturaleza, escuchen los sonidos, huelan los aromas de la naturaleza, mantengan los recuerdos en su mente, pero no se lleven lo que no les pertenece porque es de todos”, concluyó.
Sin embargo, la mayoría de los turistas no se percatan de la gravedad de su delito. Llenar una botella o bolsa de plástico con arena y llevársela a casa puede parecer inofensivo, pero en realidad es una violación grave de las normas locales. En otro caso que tomó relevancia, según el diario local, L’Unione Sarda, se reportó que un turista de Nápoles residente en Gran Bretaña fue multado con más de 1.000 dólares por robar arena en una playa cercana a Olbia.
Impacto medioambiental
El robo de arena y piedras no solo es un delito, sino que también tiene graves consecuencias ecológicas. En 2019, tras el arresto de una pareja francesa con 14 botellas llenas de arena, el científico medioambiental Pierluigi Cocco explicó a la BBC: “Si multiplicas la mitad de esa cantidad por el 5% del millón de turistas al año, en pocos años eso contribuiría significativamente a la reducción de las playas”.
“Las playas de arena son uno de los principales atractivos de Cerdeña. Hay dos amenazas: una es la erosión, en parte natural y en parte inducida por el aumento del nivel del mar debido al cambio climático; la segunda es el robo de arena por parte de los turistas”, sentenció Cocco, que vive en Cagliari, capital de la isla.
Cerdeña tiene una belleza natural que puede verse seriamente afectada por estas prácticas. Un residente de la isla de Budelli, Mauro Morandi, famoso por sus fotos de la isla en Instagram, dijo a CNN: “Estoy muy satisfecho con mi visibilidad, porque creo que puede ayudar a apreciar la belleza y, por lo tanto, el respeto y la protección de la naturaleza”.