En las últimas horas, se conoció la primera demanda al Estado argentino y al laboratorio AstraZeneca por los presuntos efectos colaterales que sufrió una mujer luego de colocarse la vacuna contra el Covid-19.
Según la denuncia de la demandante, oriunda de un pueblo cercano a Río Cuarto, Córdoba, pocas horas después de la aplicación de la inyección, comenzó a sufrir problemas en las extremidades y todo derivó en un grave diagnóstico: síndrome de Guillain Barre, un trastorno que afecta el sistema inmunitario del organismo, ataca los nervios y puede provocar la paralización de todo el cuerpo.
Si bien la demanda se dio a conocer ahora, el proceso lleva más de un año. Y en este momento coincide con la polémica por las declaraciones de la compañía, que ante las denuncias confesó que la vacuna, desarrollada con la Universidad de Oxford, causó muertes y lesiones graves en decenas de casos. Poco después, además, se retiró de circulación en Europa.
Ahora y en la Argentina, el reclamo de Flavia Ochoa, de 39 años, salió a la luz. En un primer momento, según precisó su abogado Pablo Roca, se inició un trámite administrativo ante el Ministerio de Salud, pero como no se consiguieron respuestas, se derivó a los tribunales federales de Río Cuarto.
“Es una demanda por daños y perjuicios por un aproximado de $100 millones porque se trata de reparación y por cuestiones técnicas y fondos de reparación al gobierno nacional en su condición de garante y AstraZeneca como laboratorio”, explicó el abogado.
Tras ello, la demandante contó cómo fueron los primeros momentos tras la colocación de la vacuna. “No podía mover las piernas, después me afectó los brazos y me terminaron diagnosticando síndrome de Guillain Barre”, indicó Flavia y remarcó que “no hay dudas” de cuál fue el origen de la enfermedad, ya que se produjo pocas horas después de la inoculación.
“Cuando llegué a la consulta me dijeron que era por la vacuna, pero que una reacción alérgica que iba a durar dos días, me pusieron un antialérgico y un desinflamatorio porque me quejaba de que me dolía mucho y después, como veían que no mejoraba me derivaron a Río Cuarto, donde me empezaron a hacer un montón de estudios y se dieron cuenta de que era algo grave”, precisó la mujer en diálogo con Radio Continental.
Actualmente, Flavia camina pocos pasos con andador y depende de otros para su día a día. “No puedo trabajar más”, lamentó.
“En la demanda se inició un paso administrativo el año pasado y no tuvimos respuesta, solo un dictamen sin fundamentar en donde se rechazó nuestro causal, entre el hecho de haberse vacunado y el desarrollo de la enfermedad, por lo cual decidimos demandar también a la firma AstraZeneca porque cuando se sancionó la ley de vacunas se firmó dos cláusulas”, indicó Roca y aclaró: “La de confidencialidad y la de indemnidad patrimonial, esta última porque establece que no se puede demandar a los laboratorios”.
“La de confidencialidad es porque no se puede saber el contenido de los viales porque no hubo consentimiento de nadie al momento de la vacunación, motivo por el que no se puede saber qué se metió en el cuerpo”, insistió.