Tras asistir como invitado a la cumbre de G7 en Italia, el presidente Javier Milei participa de la cumbre por la paz sobre Ucrania que se celebrará este sábado y domingo en Suiza, en un nuevo y fuerte respaldo al gobierno de Volodimir Zelenski.
La intención del presidente argentino, cuya participación en este encuentro internacional estuvo hasta último momento en duda, es aumentar la colaboración con Kiev en distintos ámbitos, no solo en la cuestión humanitaria.
A la cumbre concurrirán unos 70 líderes internacionales, pero no está invitada Rusia, lo que hace dudar sobre el impacto real de la reunión que tendrá lugar en el complejo turístico Bürgenstock, sobre el lago de los Cuatro Cantones, en el centro de Suiza. Igualmente, el Kremlin dijo que no estaba interesado en participar del encuentro.
“Las expectativas no son altas”, resumió a TN el analista Oleg Ignatov, especialista en Rusia del Crisis Group.
Argentina profundiza su alineamiento con Ucrania
Desde su asunción el 10 de diciembre, Milei dejó más que en claro su respaldo a Ucrania en la guerra con Rusia. De hecho, en la ceremonia de jura estuvo presente Zelenski, con quien volvió a conversar en mayo vía zoom, en medio de insistentes rumores sobre una visita presidencial a Kiev, hasta ahora sin confirmar. En la cumbre del G7, celebrada esta semana en el sur de Italia, se volvieron a ver las caras.
En las últimas semanas, ese apoyo se tradujo en hechos concretos. Más allá de la ayuda humanitaria entregada por Buenos Aires en los últimos meses, la Argentina se unió al Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania, que se reúne cada mes para coordinar la ayuda militar a Kiev y que es liderado por Estados Unidos. Este foro está integrado por 50 países, entre ellos 31 de la OTAN y es conocido como “Formato Ramstein”.
El grupo se reúne una vez por mes en esa base militar aérea de Alemania para discutir el curso de la guerra. El anunció sobre la incorporación argentina fue hecha por el jefe del Pentágono, Lloyd Austin. En ese marco, el gobierno argentino se comprometió a aportar ayuda humanitaria, como por ejemplo colaboración en tareas de desminado y la provisión de hospitales de campaña e insumos médicos, pero no enviará armamento. “No somos neutrales. Si tuviéramos armas, se las mandaríamos”, dijo a TN una importante fuente del ministerio de Defensa.
Pero eso no fue todo. El 28 de mayo, el defensor del pueblo de Ucrania, Dmytro Lubinets, anunció que la Argentina formalizó su adhesión a la alianza internacional que busca el regreso de los niños ucranianos trasladados a Rusia. “¡Estoy sinceramente agradecido a la Argentina por su apoyo y por esta importante decisión!”, escribió Lubinets en su canal de Telegram.
El anuncio, del que se hizo eco la prensa ucraniana, se conoció días después de la visita a Buenos Aires de una delegación ucraniana encabezada por Daria Gerasymchuk, Comisionada de Derechos de los Niños de la Oficina del presidente Zelenski. En ese viaje, la funcionaria le pidió oficialmente al gobierno de Milei que se sume a esa coalición integrada por 27 países.
Fuentes ucranianas confirmaron a TN la incorporación argentina a esa alianza y recordaron que el 17 de mayo el gobierno de Milei anunció su decisión de adherirse a puntos específicos de la Fórmula de Paz del presidente Zelenski, en particular, el punto 1 “Seguridad radiológica y nuclear” y el 5 “Aplicación de la Carta de las Naciones Unidas y restablecimiento de la integridad territorial de Ucrania”.
Cómo será la cumbre por la paz en Ucrania
A la cumbre asistirán, además de Milei y Zelenski, el presidente francés Emmanuel Macron, la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris y el canciller alemán Olaf Scholz, entre otros. Además de Rusia, estarán ausentes delegaciones de primer nivel de China, Brasil y Sudáfrica, todos miembros del Grupo Brics.
El objetivo de la cumbre, convocada por Kiev, es “inspirar un futuro proceso de paz”, pero las dudas en torno a su verdadero impacto crecen cada vez más.
La presidenta de Suiza, Viola Amherd, dijo que la conferencia se centrará en tres puntos esenciales: la situación humanitaria y de los prisioneros de guerra, la seguridad nuclear y la seguridad alimentaria (incluido el tráfico comercial por el Mar Negro), que forman parte de distintos planes de paz esbozados hasta ahora.
En su diálogo con TN, el analista Oleg Ignatov, especialista en Rusia del Crisis Group, dijo que “la idea de celebrar una cumbre de este tipo se remonta al otoño boreal de 2022, cuando Ucrania esperaba que una cumbre internacional reforzara su postura en las negociaciones con Rusia desde una posición de fuerza, después de que Ucrania lograra victorias en el frente” de batalla.
“Pero tras el fracaso de la contraofensiva en 2023, esta idea ya no funciona. Como resultado, ahora todo el mundo se pregunta qué debería resultar de esta cumbre. Los suizos quieren que sea el comienzo de un verdadero proceso de paz, pero Ucrania solo busca discutir su propia fórmula de paz, que Rusia no apoya. No se sabe si habrá un comunicado final que acuerden todos los participantes en la cumbre”, indicó.
Para el experto, “Ucrania intentará presentar la cumbre como una prueba de apoyo a sus esfuerzos por lograr una paz que sea justa para ella. Difícilmente deberíamos esperar otra cosa. Pero la división en las posiciones de los diferentes países sobre cómo debería terminar la guerra es cada vez más clara. De hecho, China y Brasil se pronunciaron a favor de conversaciones directas reales entre Moscú y Kiev. Al mismo tiempo, los países occidentales siguen creyendo que las conversaciones directas no son beneficiosas para Ucrania en este momento. Esta brecha será cada vez más amplia”, concluyó.