La trifulca verbal entre Andrés Manuel López Obrador y Javier Milei ha dejado a Alicia Bárcena en una posición muy incomoda y, de momento, sin una reacción consistente.
Esta redacción reveló que la canciller tuvo la intención de expulsar de México a los diplomáticos argentinos igual que Gustavo Petro en Colombia (ambos países a cuyos presidentes Milei insultó), pero que esa línea fue rápidamente abolida desde Palacio Nacional.
El siguiente episodio fue este martes cuando la embajada mexicana en Buenos Aires bajó la tensión y en un comunicado en X dijo que la relación era estable.
Milei tomó este comunicado para atacar a LPO y dejar, una vez más, en evidencia su poca tolerancia a la prensa crítica y un nulo entendimiento del tablero de las relaciones internacionales ya que en menos de 24 horas pasó de atacar a un jefe de estado a suscribir un comunicado del gobierno de ese mandatario para decir que la relación bilateral es de «cooperación mutua». Casi esquizofrénico.
Bárcena quedó desubicada y el comunicado de la embajada en Buenos Aires se emitió sin el visto bueno de Cancillería. Para entender: la embajadora mexicana en Argentina es Lilia Eugenia Rossbach, promovida por la editora Carmen Lira y amiga de López Obrador.
Si Bárcena echaba a lo diplomáticos argentinos era de esperar que Milei hiciera lo propio con los mexicanos. Por eso el comunicado hecho a las prisas y con la venia no de Bárcena, sino de Palacio.
La canciller mexicana hace tiempo funciona más en una dinámica de generar agenda propia para contender por la ONU en 2026 que en la lógica de estar al frente de la diplomacia mexicana.
De ahí el abrazo ostensible con el canciller de Vladimir Putin en el último foro del G-20, por eso la apuesta fallida en las elecciones portuguesas por un candidato que finalmente perdió y de ahí también la sobreactuación contra Milei a través del hilo más delgado: un grupo de diplomáticos argentinos de carrera (Milei no designó embajador político en México) que hasta hace algunos meses cumplían funciones meramente consulares.
Para continuar en estas acrobacias Bárcena necesita seguir en la SER en un eventual sexenio de Claudia Sheinbaum. El problema es que la belicosidad con Milei se vuelve otro punto en contra para sus fines si Donald Trump gana las elecciones de noviembre. Trump es uno de los pocos amigos que Milei tiene en el mundo al punto de que tomó un avión a Estados Unidos para ir a saludarlo a las pocas horas de recibir al secretario de Estado Antony Blinken en Buenos Aires.
A esto se agregan episodios del pasado no tan remoto, como cuando en 2022 legisladores allegados a Trump de La Florida descarrilaron la aspiración de Bárcena para conducir el BID. Esto por considerar amiga de Cuba y Venezuela.