Los coletazos de la agitada discusión por la Ley Bases en la Cámara de Diputados tuvieron su eco en Córdoba con el escrache a un diputado que responde de manera directa al exgobernador Juan Schiaretti y terminó aprobando el paquete legislativo impulsado por el gobierno de Javier Milei.
En las últimas horas del martes, y tras la media sanción en la Cámara baja, el diputado Carlos Gutiérrez que integra el bloque Hacemos Coalición Federal presidido por Miguel Pichetto fue escrachado en la terminal de ómnibus de Río Cuarto, localidad de la que el parlamentario es oriundo.
«Infame, traidor a la Patria. Cagón de mierda», le gritaron a Gutiérrez en el arribo al Imperio del Sur y se reflejó en un video que se hizo viral en las primeras horas del feriado por el Día del Trabajador.
Gutiérrez es el hombre de mayor confianza de Schiaretti en esa porción del Congreso; así como Ignacio García Aresca lo es del actual gobernador, Martín Llaryora. Y ambos, como una buena parte del bloque y casi todos los peronistas cordobeses que se encuentran en esa bancada, acompañaron el paquete legislativo de Milei.
Gutiérrez también fue apuntado en el escrache por «votar en contra de los jubilados». En las horas previas al debate en el recinto, también se produjo una interna en la bancada de los cordobesistas porque tanto él como la diputada Alejandra Torres (la pareja de Osvaldo Giordano), hubiesen votado la privatización del Banco Nación. Algo a lo que se oponía el resto de los peronistas cordobeses y que contó este sitio.
En tanto, la única diputada del PJ cordobés que rechazó la Ley Bases fue Natalia de la Sota, quien lo argumentó sosteniendo su coherencia con respecto al debate del verano y la extinguida Ley Ómnibus.
Gutiérrez no es el primer diputado escrachado en Córdoba en los últimos días. A comienzos de la semana pasada, en medio de la marcha federal universitaria, fue escrachado el jefe del bloque radical, Rodrigo de Loredo. Situación que se repitió horas después en la puerta del Congreso y cuando un chofer de colectivo lo cruzó por no dar quórum para debatir el presupuesto universitario.