El miércoles, funcionarios del gobierno nacional recibieron en Casa Rosada a Hugo Moyano y a referentes de la CGT para discutir sobre la reforma laboral que promueve Javier Milei y -especialmente- la homologación pendiente de algunas paritarias.
En esos encuentros ganó centralidad Hugo Moyano, secretario general de Camioneros, quien últimamente había delegado el protagonismo en su hijo Pablo, de un perfil más duro y combativo.
La aparición de Hugo fue interpretada como un gesto para bajar la confrontación entre los gremios y el Poder Ejecutivo y abrir canales de diálogo hacia una salida consensuada. De hecho, se creía que luego de la reunión del miércoles ,la CGT aplazaría su intención de hacer un paro general, algo que finalmente no sucedió como quedó demostrado con el anuncio de ayer.
Pablo Moyano dio otra versión. Según contó este viernes en una entrevista concedida al periodista Jorge Rial en radio 10, su ausencia se basó en una “cuestión de piel”.
“Yo no me puedo sentar en una mesa con tipos que se te cagan de risa en la cara cuando cierran Télam o no mandan comida a los comedores, entonces no fui por una cuestión de piel”, aseguró el secretario adjunto de Camioneros.
E insistió: “No puedo sentarme con un tipo que se te ríe en la cara del dolor que le están llevando a millones de argentinos”.
Esta postura no implica un enojo con su padre Hugo por haber acudido a la convocatoria ya que Pablo consideró que algún representante de Camioneros tenía que sentarse en esa mesa a discutir por la homologación de la paritaria, algo que se encuentra en suspenso por decisión del Gobierno, que considera que el acuerdo supera ampliamente las expectativas de inflación. De hecho, calificó como “pelotudeces” las versiones que indicaban una fricción con su padre.
Pablo Moyano resaltó además la unidad en la conducción cegetista para acordar las medidas de fuerza que culminarán con el paro general del 9 de mayo e incluirán la participación de los gremios en una movilización que se realizará el 23 de abril para reclamar por el presupuesto de las universidades públicas y una gran marcha el 1° de mayo, Día del Trabajador.
“Uno viendo la situación económica y social venía impulsando la necesidad de que la CGT retomara la iniciativa. Es lo que piden los sectores que están siendo afectados por la recesión y la provocación permanente del Gobierno contra el salario de los trabajadores”, describió.