La frase la rezaba el Indio Solari en la canción “Todo un palo” en 1988, dentro de uno de mis discos favoritos y se me viene a la cabeza en los momentos que salen noticias que parecen sacadas del guion de una película de Ciencia Ficción.
Hace unos días, se dio a conocer la asombrosa noticia de que un grupo de médicos, liderados por el Dr. Tatsuo Kawai y el Dr. Nahel Elias, en el Hospital General de Massachussetts en la ciudad de Boston, trasplantaron el riñón de un cerdo, modificado genéticamente en un hombre de 62 años que padecía insuficiencia renal. Este tipo de procedimiento recibe el nombre de “xenotrasplante”, cuyo prefijo xeno hace referencia a la implantación de un órgano extranjero, externo y, en este caso, proveniente de un animal.
Es importante aclarar que su previa modificación genética se ha realizado mediante una herramienta llamada CRISPR-Cas9: una suerte de “tijera molecular” que puede cortar ciertas partes del ADN, eliminarlas o reemplazarlas, haciendo más “aceptable” el órgano.
Naturalmente, los trasplantes tienen riesgo de rechazo, siendo tomado el órgano como un “cuerpo extraño” y obligando al paciente a tomar medicación antirrechazo por el resto de su vida. Incluso, aun si donante y receptor son compatibles, puede haber rechazo. El cuerpo humano todavía guarda misterios sin resolver.
Sabiendo esto, las posibilidades de que un ser humano rechace un órgano de otra especie son mucho mayores, por lo que hace muchos años se vienen investigando maneras de desactivar o modificar genes para que no suceda. Los investigadores de la compañía eGenesis, empresa dedicada a la biotecnología e ingeniería genética abocada a la edición de genes para trasplantes y tratamiento de enfermedades graves, se enfocaron en tres aspectos importantes a la hora de hacer más “amigable” el órgano:
- se eliminaron genes que producen una molécula que el organismo puede detectar como “sospechosa” y así atacar al órgano como si fuera un cuerpo extraño
- se agregaron genes humanos que regulan la respuesta del sistema inmune
- se inactivó el gen que produce un tipo de retrovirus propio de los porcinos que es patógeno para el ser humano.
5.000 personas en lista de espera para un trasplante de riñón en la Argentina
Esto suena a futuro brillante y prometedor, aún más teniendo en cuenta que en nuestro país existen más de 5.000 personas en lista de espera para un trasplante de riñón, pero sólo se realizan cerca de 400 trasplantes, de los cuáles casi el 70% fue de dicho órgano, en el último año.
Aunque el paciente se recupera favorablemente y está próximo a recibir el alta médica, este procedimiento fue aprobado por la FDA (Food and Drugs Administration) con uso compasivo, un permiso que se otorga a pacientes con enfermedades avanzadas para recurrir a un tratamiento experimental aún no aprobado. Esto se debe a que el paciente ya había recibido un trasplante de riñón humano en 2017 y comenzó a fallar en 2023, generándole una situación crítica con complicaciones vasculares y de coagulación. En casos similares, puede solicitarse una excepción para procedimientos que aún están en fase de prueba, habiéndose agotado todas las opciones disponibles hasta el momento.
La lista de espera puede ser un proceso difícil y extenso, por lo que este nuevo procedimiento representa una luz de esperanza para pacientes que aguardan un nuevo órgano; dejando atrás aquellos que, lamentablemente, no llegan a recibirlo cuando lo necesitan. Es necesario continuar con la investigación y trabajar para que el tratamiento esté disponible para toda la población. Hasta el momento ,los resultados son bastante prometedores. No es ciencia ficción, es ciencia real.
El futuro llegó, llegó como vos no lo esperabas.
(*) Ivana Emilia Bonofiglio, licenciada en Enseñanza de las Ciencias y docente de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Exactas de UADE.