El senador radical Maximiliano Abad desarticuló el plan de José Mayans y Juliana Di Tullio para trabar el tratamiento de la ley ómnibus montándose en el escándalo de los votos del capítulo del tabaco y aduciendo modificaciones en el texto de la ley que salió de Diputados, como denunció el peronista Germán Martínez.
Luego de un arranque cargado de críticas del formoseño y su colega kirchnerista hacia los libertarios, el presidente de la UCR bonaerense les propuso a los legisladores peronistas que mocionaran un cuarto intermedio hasta que se aclararan esas situaciones y dejó a la bancada opositora sin estrategia.
Apuntando a Di Tullio, Abad dijo: «No entiendo a qué se refieren, concretamente, cuando hacen todos esos planteos, cuál es la posición, cuál es la salida que plantean, porque si viene un texto de diputados, viene una fe de erratas, eso es sobre lo que nosotros tenemos que trabajar». En ese momento el desconcierto se extendió entre los peronistas, que no estaban al tanto de que Martín Menem había mandado una fe de erratas corrigiendo el error de texto que había denunciado por la mañana Martínez.
«Lo que se tiene que plantear es un cuarto intermedio, tiene que haber un planteo en concreto, lo que no podemos hacer es declaraciones, posiciones, análisis sin que eso tenga una salida porque nosotros, tenemos que trabajar en el día de hoy sobre lo que viene», remarcó Abad, y agregó: «si después tiene impugnación judicial, si tiene resolución judicial, si se cambia, se arrancará de vuelta».
Su intervención demudó a los kirchneristas y, rápido de reflejos, el libertario Bartolomé Abdala, al frente de la reunión plenaria, le dio la palabra al ministro del Interior, Guillermo Francos, quien asistía en calidad de invitado para defender la ley.
LPO consultó a una senadora del bloque de Mayans sobre el vacío en que cayó toda la bancada tras la intervención de Abad. «No teníamos el número para mocionar el cuarto intermedio», admitió.
La prueba está en que un senador de la UCR reconoció ante este medio que el radicalismo no hubiera votado el cuarto intermedio si el peronismo lo solicitaba. La jugada de Abad enterró las quejas del kirchnerismo y allanó el camino a Abdala.
Una senadora peronista del norte confesó la fragilidad de la estrategia del kirchnerismo. «Nos descolocó la fe de erratas que mandó Martín Menem corrigiendo las modificaciones», dijo. La riojana Florencia López, por su parte, le atribuyó al gobierno una modificación intencional del texto bajo la especulación de que tal vez nadie se percataba: «allá en mi provincia decimos que ‘si pasa, pasa’ y acá, la verdad, era ‘si pasa pasa’ pero, como no pasó, apareció la fe de erratas».
Lo curioso es que, como anticipó LPO, Mayans y Di Tullio se preparaban para dar la pelea parlamentaria abroquelando a sus legisladores y agitando un planteo de nulidad contra el proyecto. Al cierre de esta nota, ninguna de las objeciones para tratar la ley había logrado detener el debate.
El peronismo sí consiguió que los radicales y el bloque de provinciales que lidera el salteño Juan Carlos Romero se plegaran a su pedido de ampliar la lista de expositores. «Esto no es una escribanía», dijo Victor Zimmerman luego de la reunión que la bancada de la UCR mantuvo con el vicejefe de gabinete, José Rolandi.
El propio Abad, como adelantó LPO, reclamaba que el Senado funcionara como «cámara revisora», sin aceptar que lo corrieran con los plazos del Pacto de Mayo estipulado por Javier Milei.