En el Senado de la Nación aún están a la espera de que Diputados envíe la versión final de los proyectos de ley Bases y la reforma impositiva que obtuvieron media sanción. Estiman que esto sucederá mañana (luego de las correcciones), y recién entonces será girado a las comisiones para comenzar a debatirlo la semana que viene.
Mientras aguardan que ingrese el texto, los bloques empiezan a intercambiar opiniones internas para tratar de establecer un plan porque se prevé un tratamiento rápido en las comisiones.
En ese sentido, el oficialismo trazó una estrategia que apunta a llevar el debate al recinto dentro de una semana, con el fin de llegar al 25 de Mayo con un resultado cerrado.
El bloque de Unión por la Patria, que cuenta con 33 senadores sobre 72 y está a tan sólo 4 del quórum propio, es el gran jugador en la Cámara Alta. Esa posición le deja poco margen de acción al oficialismo, ue está obligado a lograr la adhesión de los 39 miembros restantes.
La expectativa pasa por saber si habrá una acción en espejo de parte de algunos senadores provinciales de UP con sus coterráneos en Diputados, donde acompañaron al oficialismo en algunos tramos de la votación; en especial en el Régimen Impositivo de Grandes Inversiones (RIGI). En UP entienden que no se les van a filtrar los votos de los salteños como pasó en la Cámara Baja.
El senador salteño Sergio Leavy ya dijo públicamente que no sigue la línea de los legisladores provinciales y que votará en contra porque entiende que la ley “es un retroceso muy importante”.
“En Diputados se votó por volver a los años 90, con las privatizaciones de empresas públicas, una reforma laboral que quita derechos a los trabajadores y el fin de la moratoria jubilatoria”, argumentó el senador. Con respecto a los diputados de su provincia dijo que “decidieron darle facultades extraordinarias a un Presidente que cree que quienes fugan dólares de nuestro país son ‘héroes’ y que sueña con destruir el Estado. Es inconcebible”.
La otra senadora salteña es Nora del Valle Giménez, que tampoco actuaría en espejo con los diputados. La legisladora -que responde directamente a la ex vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner– llamó “desequilibrado” a Javier Milei, hizo referencia en redes sociales al resultado en la Cámara baja y reflexionó: “Lo más triste es que sean diputados y diputadas nacionales votados por trabajadores, representantes del pueblo, algunos de Salta, quienes están habilitando este latrocinio. Mi total repudio. Adelanto mi voto negativo y mi rechazo a privatizaciones en el Senado”.
Un dato alentador extra para el kirchnerismo es que la senadora Lucía Corpacci adelantó su intención de votar en contra de la Ley Bases, a pesar del pedido de Raúl Jalil, gobernador de Catamarca.
Con estos posicionamientos públicos, el kirchnerismo entiende que cierra filas internamente. De todos modos, todavía no le alcanza: necesita de los aliados circunstanciales y ahí aparecen Juntos Somos Río Negro (1 senador), Cambio Federal (4), Unidad Federal (3), Por Santa Cruz (2) y el Frente Renovador de la Concordia (2). En esa pecera de 12 votos es donde tiene que conseguir los 4 que le aseguren, como mínimo, cambios en el texto de las leyes que ya tienen media sanción. Y aún hay dudas con el bloque de la UCR.
“Río Negro está perdido, Santa Cruz no está claro todavía. Por Unidad Federal entendemos que Alejandra Vigo apoya y no sabemos qué van a hacer Carlos Espínola y Edgardo Kuider, pero creemos que no acompañan la ley. Por el Frente Renovador de la Concordia también persisten las dudas porque, por ejemplo, en la sesión del DNU se abstuvieron”, explicaron desde el bloque de UP.
Otro punto que aún queda por resolver es qué posición tomará la bancada de la UCR, que con 13 legisladores es la segunda en importancia pero se muestra con bastantes disidencias internas que ya quedaron a la luz en la votación que rechazó el DNU 70/23. En ese momento, 10 votaron a favor, 2 en contra y hubo 1 abstención. El presidente del partido, Martín Lousteau, y el vice del bloque, Pablo Blanco, fueron los que se opusieron.
Un punto a resolver es Ganancias. La presencia de senadores patagónicos en la Cámara Alta es importante, porque saben que en sus distritos reside buena parte del millón de trabajadores que -de aprobarse- volverán a pagar el impuesto.
“Ganancias es una moneda de cambio, claramente. Los patagónicos no quieren saber nada con la vuelta del impuesto y mucho menos con estos valores, por lo que ahí hay votos para negociar”, reconoció un referente parlamentario del kirchnerismo.
Aún faltan muchos votos por definirse, pero crece con fuerza la posibilidad de una aprobación que incluya modificaciones. Eso significaría que ambos proyectos deberían volver a Diputados y todo el proceso debería reiniciarse.