El negocio de varias de las grandes compañías de tecnología va de la mano, en gran parte, de la publicidad. Sobre todo, si tomamos el caso de Meta o Google. Ambas construyeron un imperio gracias a la cantidad de información que tienen sobre nosotros y nuestros gustos permitiéndoles segmentar al máximo los avisos publicitarios y con eso generar miles de millones.
Y una de las patas más importantes del negocio de la publicidad de Google está relacionado a YouTube. La red social, desde que permitió poner avisos en el medio de los videos compartiendo sus ingresos con los creadores de contenidos, desarrolló uno de los mercados más grandes de la historia. Por eso, justamente, desde la empresa están tan enojados con los bloqueadores de anuncios publicitarios.
El motivo es claro: el fin de un bloqueador de anuncios lo indica claramente su nombre mientras que el negocio de Google está, justamente, en que la mayor cantidad de personas vean sus publicidades porque, a mayor cantidad de visualizaciones, más dinero ganan. Uno va directamente en contra del negocio del otro.
Así es como, hace algunos meses, desde Google comenzaron una guerra encarnizada contra este tipo de apps y extensiones.
La guerra Google vs ad blockers
Las formas en las que la gran G frena a los bloqueadores fueron variando.
Probaron directamente bloqueando la posibilidad de que los usuarios vean videos tapándolos con un aviso. Hicieron todo el proceso más lento para que la experiencia fuera tan mala que generara la desinstalación de estas extensiones, a través de mensajes que los instaban a pagar por YouTube Premium, y una lista que continúa.
Desde YouTube no solo aseguran que estas extensiones violan los Términos y Condiciones del servicio, sino que también va en contra de los creadores de contenidos, que ganan menos dinero mientras más bloqueadores usen quienes los consumen.
Christopher Lawton, director de comunicaciones de YouTube, explicó en un comunicado oficial que “los anuncios respaldan un ecosistema diverso de creadores a nivel mundial y permiten que miles de millones accedan a su contenido favorito en YouTube”.
La guerra sin fin
Pero más allá de todos los esfuerzos que están haciendo desde Google para que los usuarios dejen de usar bloqueadores, ¿está funcionando? Ghostery, una de las compañías desarrolladora de ad blockers más famosa del mundo, reveló que cuando esta gran ofensiva de la plataforma de videos comenzó, notaron que las desinstalaciones de su software aumentaron, dependiendo del día, entre tres y cinco veces.
No es la única. AdGuard, otra de las compañías más importantes del mundo que desarrolla este tipo de aplicaciones, vio que, entre junio y agosto del año pasado, la cantidad de usuarios activos de la extensión de Chrome cayó un 8%. “Si bien no fue una gran disminución en números absolutos, fue notable”, explicaron desde su blog.
El problema de esta guerra es que se trata de una interminable. Mientras de un lado un grupo de desarrolladores están viendo cómo hacer para bloquear un software que afecta directamente a su negocio, del otro buscan maneras de sortear los bloqueos que crean desde la red social. El gato y el ratón.