La multitudinaria marcha universitaria generó numerosos conflictos y pases de factura dentro del gabinete, principalmente entre la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello y el ministro de Economía, Luis Caputo.
Justo antes de la marcha renunciaron dos funcionarios clave del Ministerio de Capital Humano, entre ellos la mano derecha de Pettovello.
Desde el ministerio de Capital Humano, que maneja la Secretaría de Educación, hubo un intento de acercar posiciones con los rectores universitarios: restaurar el diálogo, negociar y hasta se contempló la posibilidad de adelantar fondos para tratar de frenar la masiva protesta que le generó un fuerte desgaste al gobierno.
¿Y quién se opuso? Caputo. El ministro que maneja la billetera no quiere autorizar ningún giro de fondos porque quiere seguir a rajatabla con la idea del déficit cero.
Esta situación profundizó la interna entre la ministra de Capital Humano y su par de Economía, que se enfrentaron en febrero por los fondos para la asistencia social.
Tensión en el gabinete y pases de factura por la estrategia oficial
La masiva marcha contra el Gobierno por el recorte presupuestario para las universidades generó tensión en el Gobierno por la estrategia oficial. Lejos de intentar desactivar la protesta, primó la intransigencia y el Presidente hasta echó leña al fuego al tildar de “zurdos” a los cientos de miles de ciudadanos que se movilizaron -entre ellos muchos de sus jóvenes votantes- en un polémico posteo.
El gobierno, aparentemente inmune a las imágenes que los drones sacaron de la protesta, intentó minimizarla y asegura que fueron 150.000 los manifestantes. La UBA dijo por su parte que fueron más de un millón los estudiantes, docentes, egresados y ciudadanos de a pie que se movilizaron en defensa de la educación pública, gratuita y de calidad en todo el país.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, aseguró que la marcha estaba “politizada” para invalidarla y se refirió a los políticos opositores que participaron como “el tren fantasma”. Pero la presencia de los políticos fue una cosa totalmente marginal al lado de la participación genuina de amplios sectores de la sociedad en la marcha.
Además, para justificar el ajuste y el peor presupuesto en términos reales desde 1997, el Gobierno y su ejército de trolls insisten con el tema de las auditorias, como si fuera una novedad. Pero las universidades estatales tienen auditorías siempre a través de la Autoridad General de la Nación, que ayer difundió el listado de las tareas de supervisión que realizó en los últimos diez años.
También se cae por sí misma la denuncia que el Presidente hace del supuesto “adoctrinamiento” en las universidades públicas: cualquiera que haya pasado por sus aulas sabe que hay una gran libertad de pensamiento.