Desde chico, el fútbol para el Cuti Romero era su pasatiempo favorito. Para sus padres, era la garantía de que el niño pasaría sus horas contenido y no en la calle. Es por ello que decidieron anotarlo en San Lorenzo de Las Flores, equipo cordobés fundado en 1930. Allí no formaban profesionales, “este es un club de contención social”, describía su Secretario.
Sin embargo, Romero tenía las condiciones necesarias para llegar a Primera División y jugar en Europa. Él lo sabía desde pequeño y quienes tuvieron la dicha de verlo hacen un relato similar. Así fue como, luego de negociar dos redes por el pase, el Cuti dio el primer gran paso de su carrera.
Nacido el 27 de abril de 1998, sus primeros duelos ganados fueron en el club de barrio, aunque no tardaría en tener una oportunidad en un equipo más grande. A pesar de ser un confeso hincha de Belgrano, su primera etapa en inferiores fue en el clásico rival: Talleres de Córdoba.
Con dos equipos predominantes en la ciudad, como ocurre con Newell’s y Rosario Central en la provincia vecina, esta situación no es algo fuera de lo común. Aunque su sueño siempre fue jugar para el Pirata y lo cumpliría luego de cautivar a un ojeador.
Federico Bessone, que luego se convirtió en el coordinador de las inferiores de Belgrano, fue un caluroso verano en enero a ver la Córdoba Cup, un torneo donde los más pequeños demostraban su talento. En aquél momento el Cuti tenía 13 años, pero su ojo le dijo que estaba viendo a alguien especial. En entrevistas que brindó luego, no dudó en afirmarlo.
“A mí me llamó la atención la personalidad. A veces, una virtud puede ser un defecto. El Cuti Romero tiró un sombrerito en su área chica. Eso es tener personalidad”, relató en Cenital sobre la actuación del defensor en aquella jornada. El problema radicaba en negociar con Talleres para llevarse al joven al clásico rival, aunque eso no fue un gran asunto.
El primer gran paso que dio Cuti Romero: ¿cuál fue el valor de su ficha?
El pase no pertenecía a la T, sino que estaba allí a préstamo. San Lorenzo de Las Flores era aún el dueño de la ficha y las negociaciones no tardaron en llegar a buen puerto. La joven promesa se incorporó a Belgrano a cambio de dos redes de arcos de fútbol y un porcentaje del pase. De esa forma, dio el primer gran paso en su carrera y continuó la formación en el club de sus amores.
El resto de la historia ya es conocida: Cristian Romero brilló en Belgrano y se convirtió en uno de los defensores más destacados en la liga argentina. Esto fue comprobado por los italianos cuando fue a disputar la Viareggio Cup 2016, donde participan los juveniles de varios equipos alrededor del mundo. En este caso, Belgrano jugó.
Romero fue elegido como parte del 11 ideal del torneo, a pesar de haber quedado eliminado en fase de grupos. Además, fue el único sudamericano en todo el equipo. De esta forma, la Juventus posó sus ojos en él y compró su pase por 26 millones de euros. Sin lugar en La Vecchia Signora, lo cedieron a préstamo al Genoa, luego al Atalanta y finalmente al Tottenham Hotspur.
En los Spurs, dentro de una liga prestigiosa como la Premier League, logró afianzarse y convertirse en un central de elite. El equipo londinense compró su pase a la Juventus, donde continúa escribiendo su historia con apenas 26 años, luego de convertirse ya en campeón del mundo con la Selección argentina.