El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, sacudió este miércoles el tablero político al abrir la puerta a una inminente renuncia. Jaqueado por denuncias de corrupción contra su esposa, el dirigente socialista dijo que comunicará su decisión final el lunes próximo.
”Necesito parar y reflexionar” sobre “si debo continuar al frente del gobierno o renunciar a este alto honor”, señaló en una carta a la ciudadanía publicada en la red social X.
Sánchez, en el poder desde 2018, dijo que comparecerá “ante los medios de comunicación (…) el próximo lunes, 29 de abril” para dar a conocer su decisión. Hasta entonces, canceló su agenda pública “para poder reflexionar y decidir qué camino tomar”.
De qué se la acusa a la esposa de Pedro Sánchez
Este sorpresivo anuncio de Sánchez, de 52 años, se produjo después que un tribunal de Madrid anunciara una investigación preliminar sobre su esposa, María Begoña Gómez, por sospechas de tráfico de influencias y corrupción.
La causa se conoció después que el medio digital El Confidencial reveló que los investigadores examinaban los vínculos de Gómez con empresas privadas que recibieron fondos y contratos públicos del gobierno, informó AFP.
El Confidencial afirma que la investigación está relacionada con presuntos vínculos de Gómez con el grupo turístico español Globalia, propietario de la aerolínea Air Europa, que mantenía conversaciones con el gobierno para conseguir un rescate de la empresa, gravemente afectada por la caída del tráfico aéreo debida a la pandemia de coronavirus.
Qué dijo Pedro Sánchez sobre las acusaciones de corrupción contra su esposa
Sánchez afirmó en la carta que su esposa “defenderá su honorabilidad y colaborará con la Justicia en todo lo que se la requiera para esclarecer unos hechos tan escandalosos en apariencia, como inexistentes”.
”No soy un ingenuo. Soy consciente de que denuncian a Begoña no porque haya hecho algo ilegal (…), sino por ser mi esposa”, escribió.
Sánchez dijo que la denuncia contra su pareja se enmarca en una “estrategia de acoso y derribo” en su contra de “medios de marcada orientación derechista y ultraderechista”.
Según EFE, la denuncia contra la primera dama fue hecha por el sindicato de ultraderecha Manos Limpias.