Calentar la comida en el microondas puede parecer una tarea simple, pero surge una cuestión importante a la hora de hacerlo con recipientes: ¿es mejor hacerlo con tapa o sin tapa? Esta elección puede afectar la eficiencia, rapidez del calentamiento, la textura y sabor de los alimentos.
¿Con o sin tapa?
Siempre es esencial leer las instrucciones de los envases en los que calentamos la comida y asegurarse de que sean aptos para el microondas.
Una vez resuelta esta duda, siempre es necesario quitar la tapa del recipiente, a menos que tenga un orificio o válvula para permitir la salida del aire caliente.
Para evitar cualquier percance, la mejor opción es calentar la comida en un plato, ya que este tipo de recipiente es siempre el más recomendado para usar en el microondas.
¿Qué recipientes puedo usar en el microondas?
Al utilizar un microondas, es crucial elegir recipientes adecuados para garantizar la seguridad y la eficiencia del calentamiento. Los recipientes que se pueden usar en el microondas incluyen:
- Vidrio: Los recipientes de vidrio, especialmente los etiquetados como “aptos para microondas”, son ideales para calentar alimentos. No retienen olores ni sabores y distribuyen el calor de manera uniforme.
- Cerámica: Los platos y tazones de cerámica también son aptos para el microondas, siempre y cuando no tengan decoraciones metálicas que puedan causar chispas.
- Plástico: Solo se deben usar recipientes de plástico que estén claramente marcados como “aptos para microondas”. Estos están diseñados para resistir el calor sin liberar sustancias nocivas.
- Silicona: Los moldes y recipientes de silicona resistentes al calor son seguros para el microondas y son especialmente útiles para cocinar y hornear.
- Papel y Cartón: Algunos contenedores de papel y cartón están diseñados para ser seguros en el microondas (como ciertos empaques de comida rápida). Es importante verificar que no contengan metal ni recubrimientos plásticos no aptos para microondas.
Recuerde evitar el uso de recipientes metálicos o adornados con metales, así como ciertos plásticos que no están diseñados para soportar el calor del microondas.
¿Qué alimentos no se debe calentar en el microondas?
Calentar alimentos en el microondas es una práctica común, pero hay ciertos alimentos que no se recomiendan debido a posibles riesgos de seguridad o problemas con la calidad del alimento. Aquí algunos de los alimentos que no se deben calentar en el microondas:
- Huevos con cáscara: Calentar huevos enteros en el microondas puede hacer que exploten debido a la acumulación de vapor en el interior de la cáscara.
- Papas sin perforar: Las papas deben ser perforadas con un tenedor antes de calentarlas en el microondas para evitar explosiones causadas por el acumulación de vapor.
- Leche materna o fórmula infantil: Calentar la leche materna o la fórmula para bebés en el microondas puede causar “puntos calientes” que podrían quemar la boca del bebé.
- Carnes procesadas: Las carnes procesadas, como salchichas y embutidos, pueden contener conservantes y aditivos que pueden reaccionar al microondas, produciendo compuestos potencialmente peligrosos.
- Chiles: Al calentar chiles en el microondas, los compuestos picantes se pueden liberar en el aire, causando irritación a los ojos y las vías respiratorias cuando se abre el microondas.
- Uvas: Calentar uvas puede hacer que exploten en el microondas y, en algunos casos, pueden generar un plasma que puede dañar el electrodoméstico.
- Recipientes de poliestireno (espuma de poliestireno): Este tipo de material puede derretirse y liberar productos químicos dañinos en los alimentos.
- Alimentos con cortezas duras no perforadas: Por ejemplo, calabazas enteras o castañas. Estos deben perforarse para evitar que exploten debido a la acumulación de vapor.
- Salsas y sopas espesadas: Deben ser removidas frecuentemente al calentar para evitar que burbujeen y salpiquen, lo que puede causar quemaduras.
- Granola o nueces: Estos pueden quemarse fácilmente debido a su bajo contenido de agua.
Al evitar calentar estos alimentos en el microondas, se pueden prevenir accidentes, quemaduras y alteraciones en la calidad del alimento.