La situación que se vive en el sur de Brasil, donde las fuertes lluvias han ocasionado inundaciones en centenas de municipios dejando un saldo de al menos 91 muertos y 1,4 millones de damnificados, puede agravarse con la llegada de nuevos temporales, informaron este martes fuentes oficiales.
Según el Instituto Nacional de Meteorología (INMET), en los próximos días se esperan “fuertes lluvias y tormentas” en el área más austral del estado de Rio Grande do Sul, en toda la zona fronteriza con Uruguay.
La entidad señaló que en esa región se espera que las precipitaciones superen los 100 milímetros este martes y que alcancen los 150 milímetros el miércoles, debido a la llegada de un frente frío.
”Acompañando de cerca la situación en la región metropolitana (de Porto Alegre) y también los pronósticos para los próximos días en la zona sur del estado, donde se esperan grandes inundaciones”, señaló en un mensaje en las redes sociales Eduardo Leite, gobernador del estado de Rio Grande do Sul.
El mandatario dijo que está en permanente contacto con los alcaldes de los municipios para actualizar las alertas, así como las acciones y los requerimientos que sean necesarios frente a los nuevos temporales.
Las lluvias intensas que comenzaron hace 10 días dieron un leve respiro este lunes y martes, pero han causado una elevación sin precedentes del nivel de los ríos, lo que ha ocasionado enormes daños en numerosas localidades y ha inundado gran parte de Porto Alegre.
Además del casi centenar de fallecidos, la Defensa Civil ha confirmado hasta el momento 131 desaparecidos y 362 heridos. Las precipitaciones han afectado a más de 1,4 millones de habitantes de 397 municipios, dos terceras partes del total del estado, que sufren con la falta de alimentos, medicinas y de servicios básicos como luz y energía.
Rio Grande do Sul ha sido el más azotado por las lluvias, con al menos 90 víctimas mortales, mientras que el vecino estado de Santa Catarina registró un fallecimiento. Las autoridades brasileñas están centradas en rescatar a los sobrevivientes que aún están aislados, mientras trabajan para garantizar energía y agua a la población.
La ayuda humanitaria llegó el martes a Porto Alegre y a otros municipios devastados por las inundaciones del sur de Brasil, donde se formaron filas para obtener agua potable mientras los pronosticadores advertían sobre más aguaceros.
Para decenas de miles de personas atrapadas entre caminos intransitables, puentes colapsados y hogares inundados en Rio Grande do Sul, “la demanda más urgente es el agua”, dijo la funcionaria de defensa civil Sabrina Ribas.
Helicópteros volaban de un lado a otro entregando agua y comida a las comunidades más necesitadas, mientras continuaban los trabajos para restablecer el acceso vial. En el municipio de Alvorada, al oeste de Porto Alegre, había filas de personas con baldes y botellas de plástico, recolectando agua potable de los pocos grifos municipales que aún funcionaban.
La mayoría de las tiendas se habían quedado sin agua embotellada. “Esto es horrible. Tenemos niños”, dijo Gabriela Almeida, de 27 años, haciendo cola en un grifo público con un niño de un año en brazos. Individuos y negocios con pozos estaban haciendo lo que podían para ayudar.
Benildo Carvalho, residente de Alvorada de 48 años, era uno de ellos, llenando botellas de sus vecinos con una manguera mientras una fila de personas comenzaba a formarse afuera de su casa. “Es una cuestión de solidaridad”, dijo a AFP. “No se puede negar agua a la gente”.
Según la oficina del alcalde, solo una de las seis plantas de tratamiento de agua de Porto Alegre estaba funcionando, y los hospitales y refugios estaban siendo abastecidos por camiones cisterna.
Lula, el presidente del país, dijo que más fondos de emergencia se liberarían el martes, prometiendo que “no faltarán recursos para satisfacer las necesidades de Rio Grande do Sul”. Unos 15,000 soldados, bomberos, policías y voluntarios estaban trabajando arduamente en aviones y botes, incluso motos acuáticas, para rescatar a los atrapados y llevar ayuda donde puedan. Los vecinos de Brasil, Uruguay y Argentina han enviado equipos de rescate y personal capacitado.
El río Guaíba del estado, que atraviesa Porto Alegre, permanecía en niveles históricos el martes. Según la agencia meteorológica MetSul, las inundaciones han “cambiado el mapa de la región metropolitana” de Porto Alegre. Mientras tanto, la policía dijo que había informes de hogares evacuados siendo saqueados y algunos residentes, temerosos de tales intrusiones, se negaban a trasladarse a refugios.